jueves, 30 de enero de 2020

Pegatina

Luego de mucho tiempo la etiqueta del precio con un numero bajísimo, riendo en su audacia adherida a muerte a la caja del rallador de queso, debajo de la mesada y todavía en su empaque original sin querer desprenderse, para darle algo de credibilidad al regalo de último momento del cumpleaños de Clarita.

Films

-          - Tu Joker es como mi club de la pelea, todo se recicla en lo mismo, una crítica, de una crítica, de una crítica y solo se modifica la trama para poder atraparte, pero nada cambia en realidad.

-         - Entonces, ¿decís que vea la película del club de la pelea?


-         - Sí claro, eso mismo dije.

miércoles, 29 de enero de 2020

Previo

La lenta pasividad de los depredadores antes de atacar, el anticipo de una roca a punto de impactar contra un vidrio, la llama apenas besando las hojas secas, un puño llegando apurado hacia un rostro y la pelota casi entrando en el ángulo derecho del arquero, mientras cierra el párrafo con una mano y la otra se agita con un dedo en el gatillo.

martes, 28 de enero de 2020

Desnuda

No pensó que ella se podría estar cambiando antes de salir, que quizás estuviera maquillándose o preparando todo para aprovechar los solo cinco minutos que les restaban, así que entro a su habitacion. Y sin querer vio sus zapatos tendidos en el suelo, un vaso de gaseosa caliente junto a una porción de pizza masticada, diarios para contener las migas, los pies sucios de caminar descalza y su cabeza colgando entre dos almohadones gigantes mientras roncaba. Todo junto apareció en una sola fracción de segundo ante los ojos de Gabriel al entrar casi por accidente en aquel templo, viéndola no ya con la vergüenza de hallarla sin ropa sino con la alegría de encontrar su enorme personalidad al desnudo.

lunes, 27 de enero de 2020

Sortija

El algoritmo para sacar la sortija se había quebrado, un nuevo calesitero con movimientos impredecibles controlaría de ahora en mas su destino, solo resta intentar dar con el movimiento justo para que se equivoque y así poder dar otra vuelta.

viernes, 24 de enero de 2020

Tele

Empeñando su orgullo por unas cuantas palabras rebuscadas, que parecían acordes en aquella ocasión, se fue desdibujando en mundos ajenos. Al poco tiempo conocía todos los dibujitos animados existentes, sus relaciones y problemáticas, nuevos juguetes y variantes indefinidas de slime. Ya era tarde, la niña se había apoderado del control remoto de la tv.

viernes, 17 de enero de 2020

Alhajero

En el alhajero de la bisabuela un papel desgastado sobre el fondo decía:


“Una caja llena de agujeros para guardar el rencor y que se extinga rápidamente, la voluntad de pensar y focalizar un objetivo hasta cumplirlo, la sabiduría de saber escoger las peleas, el tiempo necesario para dejar huella”. 

jueves, 16 de enero de 2020

600

Ella lo espero en una esquina, extrañamente lejos de su casa. Lo vio llegar en su auto recién arreglado a nuevo y después de unas pocas palabras, se fue para siempre en la otra dirección, pues la joven no pudo evitar que aquel reluciente Fiat 600 rojo que fuera dueño de su orgullo, le representara por dentro tan terrible vergüenza. 

miércoles, 15 de enero de 2020

App

Luego de ordenar los números transfinitos y así diferenciar los distintos tamaños de infinito, comprendió que el universo y cualquier otro asunto que funcione dentro de él se basa en ciertos logaritmos y parámetros matemáticos complejos, que en una sola aplicación de celular estarán al alcance de cualquier mano después de su lanzamiento la semana próxima. 

martes, 14 de enero de 2020

Quito

I
Las noches sin mosquitero lo dejaban aturdido soportando su aleteo incesante. Era no más de uno el maldito, camuflado con el entorno como un depredador salvaje. Un reflejo de manos torpe y lejano le acerca una ventisca triste a su adversario. La noche es larga y la sed de sangre imbatible, piensa mientras aguarda cerca de la mesita de luz, sabiendo que apenas cierre sus ojos y se entregue todo cambiara.

II
La alegría de haberlo aniquilado de un saque rápido con un viejo diario se evapora rápido. Aquella estructura perfecta reventada contra la pared que lo interpela contando la historia de un crimen, retrata el recuerdo vívido de su propia finitud.  El mosquito rematado yace en paz, su mente intranquila no.  

sábado, 11 de enero de 2020

Rigido

Pequeños destellos de sensaciones se agolpaban en su cabeza, pujando por salir de alguna manera a tomar aire. Recreando escenas descompuestas con fotografías, fue consolidando la idea a fuerza de encajar piezas aleatoriamente. El llanto de una noche de verano, la ventana de su cuarto, una tarde en Palermo, pero el asunto es que no lograba dar con ella en los detalles revolviendo sin sentido en el intrincado paisaje de su melodía. La sepulto un viernes, justo antes de verla pasar por la vereda de enfrente de su trabajo, mientras planeaba ir a comprar un café y borrar los últimos datos de la memoria de su computadora.

jueves, 9 de enero de 2020

Bestia

Golpes y corridas furiosas entre los transeuntes, amontonamientos en medio de una confusión, y en el medio de todo ese alboroto un hombre sin poder moverse o reaccionar. Cuando quedo completamente solo miro a su alrededor. Todo en paz, no había nada por lo que correr. Fue entonces cuando comprendió por primera vez que el monstruo del cual escapaban era él.

martes, 7 de enero de 2020

Reyes

Cuando el fulgor de la víspera supera al evento, los presentes ocultos permanecen inquietos bajo su velo sesgado de luz, aguardando. Las manos manchadas de tiza y caramelo hurgan entre los celofanes, agazapados de euforia en un baile primitivo y fugaz. Se devela la sorpresa, los juguetes surgen a la vida, efímeros y delicados, llenos de instrumentos pequeños y desajustados para aburrir sin clemencia unas horas después al homenajeado. No hay premisas a futuro ni expectativas. La sorpresa por la sorpresa misma se inunda en un mar plástico de formas tendidas sobre el suelo, perdiendo el encanto para Magalí
después de la visita de los reyes.

lunes, 6 de enero de 2020

Observancia


En el curso de algunas vueltas idiomáticas, desplegó sus trucos más ocultos sobre aquella señorita hermosa para conquistarla. No lo sorprendió el destello de creatividad, ni la historia detrás de aquel suceso. Ni siquiera se conmovió un centímetro, al verse acertado en aquel pronostico tan desconcertante y preciso que su amigo le revelara unos minutos después. Ella te quiere. El verdadero temor surgió al verse sitiado por las convenciones, tiempo más tarde en su casa un día cualquiera, sobre las colchas blancas con un par de medias agujereadas, lo ataco la certeza de descubrirse como otro ser mediocre y predecible de este planeta de un saque. Comenzó a sospechar que ahora ella también lo sabría mortal, indefenso y nervioso tratando de llamar su atención con otro juego de pavadas, y sin quererlo ya le resultaba imposible cambiar el aire para actuar otro papel. Es demasiado tarde pensó, mientras apagaba el ultimo cigarro y luego el cerebro a la vez que el velador para no volver a recrear aquellos momentos innecesarios en su lecho antes de dormir. Sin embargo ella desde las sombras, habitando todo su mundo interior no lo dejaba de observar de frente con un dejo atormentado, que solo se podía leer como desprecio. 

jueves, 18 de abril de 2013

Toc


Al despertar, en apariencia, la manía se había disipado del living. Ya paso lo peor, pensó Augusto, mientras quitaba la sabana de su cabeza con la música a todo volumen, las pantallas de luz alineadas a la perfección y el aire acondicionado, elementos vitales que seguramente habían servido para alejarla de su casa. Al abrir sus ojos lo más lento posible, tembló un segundo al recordar el momento en que su obsesión lo estaba esperando afuera, por eso todavía temía volver a encontrarla en la puerta de calle como aquel día lluvioso de abril. Era necesario tomar todos los recaudos. Levantarse con el pie derecho y con mucho cuidado colocarse las ojotas rojas a la perfección sin moverlas de su sitio, agarrar el cuaderno de notas junto a la mesita de luz y dirigirse con no menos de 16 pasos hacia la cocina, prender la hornalla 4 veces y sin utilizar en ningún momento la mano izquierda, abrir la ventana para observar afuera, sin poder moverse de ese sitio hasta que aparezca por lo menos un perro que le permitiera hacer su café y continuar con el resto de sus actividades. Todo eso ahora mucho más tranquilo, con el consuelo de que aquella oscura manía llamada Catalina no había regresado todavía de afuera, y seguro ya había comenzado a punzarle duro el alma a ese otro tipo que nunca llego a conocer y vivía junto a ella el resto de su vida a la altura del 900 por la calle Rivadavia. 

jueves, 11 de abril de 2013

Sublimancia


El traidor de Barreta tenía que morir, no podía ser que dejara pasar aquella infamia delante de las narices de todos los del trabajo, después de todo lo que había hecho por él. Por eso era conveniente planearlo con tiempo, dedicarle unas horas exhaustivamente en cada momento de esparcimiento, mientras caminaba hacia el trabajo, en el colectivo, un rato en el subte o cuando se relajaba en la cocina, para imaginarlo tendido en el suelo lleno de sangre pidiendo perdón. Así fue que un domingo cualquiera y lleno de ira, poco después de enterrar sin piedad el cuchillo de un estacazo, Gonzales quedo paralizado frente a un cuerpo inerte sintiendo un alivio inconmensurable. Luego, como si el tiempo dejara de transcurrir se perdió en las consecuencias, en los ojos rojos y llenos de lagrimas de su Mariana, en los días eternos de juzgados y comisarias que le haría pasar con los chicos, en las noches de silencio absoluto sobrevolando la casa, a excepción del tanque del inodoro goteando obsesivamente a contrapunto con el bip del teléfono y el reloj del living. Ese pesado síntoma se esparcía por todo su torrente sanguíneo, la pesadez del tiempo, la delicada sensación de perder toda la fuerza sin siquiera haberla perdido como liberándolo de todo y condenando su alma al mismo tiempo, casi llegando al punto de desvanecerse, preguntándose las razones, analizando cada instante compulsivamente hasta llegar de nuevo al mismo momento en que había decidido enterrar de un estacazo aquel viejo y afilado cuchillo. Ese viaje no fue en vano pues era necesario hacerlo de cierta manera, sin dejar librado ningún detalle para que finalmente pudiera, ahora sí, disfrutar mejor el festín de cocinar punto medio en la parrilla del fondo ese lechón a las brasas ensartado por el hierro de lado a lado, con tal de no privarse de seguir imaginando y sin consecuencia mucho más grave que una leve indigestión. 

martes, 26 de marzo de 2013

T-shirt


Con humilde ferocidad se oculta bajo otras prendas, 
sintiéndose absurda y descolorida, olvidada u obsoleta, 
rasguñando con timidez desde el fondo con su pálido azul. 
Esa que supo ser la predilecta, 
pegada a mí como una sombra acompañándome en las risas y las tragedias, 
manchándose con mi sangre, mi sudor y atormentándose de mis torpezas. 
Ella que brillo conmigo, que fue testigo de algunas proezas, 
hoy duerme en un limbo con el peor de los olvidos, 
aquel que no es perpetuo ni ligero, ni espeso o volátil, 
aguardando su destino como puede, aquella vieja remera.  

viernes, 15 de julio de 2011

Detiene el tiempo con su ausencia cautivando los objetos que, sabiéndose objetos, se retuercen de inquietud y la recuerdan mientras sienten desde lejos su desaparición, su anónima estela. No es la misma desde un tiempo la taza encadenada a la pared, o la silla del costado tan quieta. No se desvela la almohada hasta altas hora, ya cubierta y olvidada, bajo las empolvadas frazadas con la luz que de la calle, que sin pedir permiso tantas mañanas entraba a acariciar su pálida fragancia, ya un poco desteñida, sobre la tela. El cajón, las toallas, el billete retorcido que dejo sobre la mesa, todavía esperan. Ordenados en su desorden, desgarrados y anónimos, en su letargo de elementos, aguardando su presencia y aunque a veces no parezca, siempre la esperan.

jueves, 7 de julio de 2011

Rincones

Al caer la noche y oportunamente cuando hace frió, uno de los de abajo encuentra consuelo en el cálido rincón del living comedor detrás de la biblioteca. Pues sin meditarlo demasiado había decidido que ese era el perfecto refugio para descansar, debido a que allí la luz no llega casi nunca y el polvo, fiel amigo del poco transito, era el indicio perfecto que necesitaba para relajar el ánimo encontrando un poco de tranquilidad. Nadie que lo moleste, solo eso buscaba el capitán recordando viejos tiempos en la quietud de su silencio, pero alterando su espíritu a cada insinuación sonora que amenazaba con que alguna vez alguien se acercara arrimando su cara curiosa por detrás de los estantes para quitarle la paz, husmeando entre los libros para descubrirlo impávido acurrucado en su secreto rincón, porque el prestigio también corre entre los muertos, y un espíritu tan refinado como el suyo no puede ni debe darse el lujo sentir un poco de miedo.

Cumbres

El murmullo cobro forma y color, hasta acercarse de un golpe que derribo los cimientos que lo mantenían en pie y llegando como un susurro suave, pero más violento que la muerte, se dejo tumbar perdiendo todas sus fuerzas, acorralado irreversiblemente a la perdición más total. Ya sin saberse humano, alejado por completo de toda realidad y sonriendo perplejo se rindió a la mano de Antonia que acaricio su pelo otra vez como tantas sin inmutarse. Aquel proceso que venía gestándose se completo de golpe en un momento de metamorfosis, de ahora en adelante supo que ya no sería jamás el de antes, mientras veía alejarse a Antonia una última vez llevando consigo su amor a donde quiera que vaya.

viernes, 4 de febrero de 2011

Recapitulación

El estado de las costumbres amaina su fuerza y aparece otra de esas nubes de inconsciencia deleitando el paladar, estrujando la libertad al estado máximo hasta convertirla en realidad. Es cuestión de amortizar las caídas le había dicho el doctor Uzurriaga, eso si, sin dejarse perder demasiado, pero a su vez sucumbiendo de lleno en estas pequeñas delicias cotidianas de tenderse al sol a esperar la lluvia, comer con las manos el pollo y caerse de culo contra la cama para dormir un rato mas hasta que lleguen a buscarlo por la casa de Santiago del Estero al 500. No hay impaciencia, las cosas en su lugar a su tiempo. Solo eso, esperar la mañana hasta que ella diga alguna palabra de mas, se acaben las excusas y una brisa extraña entre por el ventanal de la derecha para volar las hojas garabateadas con palabras inocentes del día anterior hasta arrojarlas donde más crea conveniente. Una luz apagada amargaba la existencia del living, ya falta menos, los adornos que simulan ser inertes lo saben porque cambiaron su mirada, algo está a punto de acontecer en aquella casa. Un silencio de tumba y el ladrido de un perro interrumpiendo groseramente la ceremonia, un cigarrillo muerto en el cenicero se ríe de los dos, Mauricio mira una vez más a Laura mientras un vaso implora agua y el amargo resplandor de la mañana aparece chocando contra sus rostros. La eternidad se parece demasiado a este momento dijo Laura mirando el techo, Mauricio no supo que responder y con un gesto estúpido y levantando una ceja tomo el encendedor para jugar a mirar el fuego. La última noche antes de que la olvidara, exigiendo al tiempo la documentación correspondiente para que todo se extienda un momento más, un rato nomas y la nada entrando a la fuerza por la puerta de metal como un policía furioso sin detenerse ante nada, obligando a su memoria a que Laura agarrara su bolso gris como apurada para irse a jugar afuera, donde los demás la esperaban. Porque a pesar de todo él allí no quería jugar, porque era tarde y no se puede vivir demasiado tiempo alargando un instante sin corromper de manera drástica el estado natural de la memoria.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Noctámbulos

Despierta en el momento de dormir. Arrastrando sus ojos sin querer por las calles de Barcelona como buscando algo sin buscar, mientras castiga la uña del pie izquierdo que ahora late de miedo ardiendo a causa de cada uno de los bruscos contactos con el zapato marrón, que algún tiempo atrás una señorita llamada Noemí olvido en su casa llevándose a cambio otro similar, justo el mismo día que desayunaron tostadas con té frió y algunos bizcochos que sobraron del picnic del martes aquel, un poco despues de encontrar a Margarita y su sombrero azul liberando dibujos espectrales con promesas, encantando con un lápiz negro a un papel húmedo que había encontrado descansando en un tacho de basura, y que sin mediar casi palabra se los regalo porque si, quizá por que todos estaban perdidos queriendo encontrarse, casi como volando, despertando a la hora de dormir en esa otra ciudad que es la misma pero a la vez no, y muy pocos llegan a conocer.

martes, 21 de diciembre de 2010

Construcción

Cuando sea tiempo de cargar con la sonrisa pesada y doliente, adiestrada en la cabeza como mueca impertinente, cuando la libertad tenga precio y las pesadillas comiencen a cosechar sus frutos y solo persistan insistentes los errores y las penas. Cuando el andar cansino e intermitente encuentre su frontera, los pájaros callen, las palabras reboten y aquel dulce resplandor, tan característico de las esperanzas, oculte rigurosamente cada una de sus estelas. Cuando ya no quede tiempo, ni música, ni vino o ilusiones pasajeras. Cuando se vayan los amigos, se agoten las lluvias y los besos migren a otras tierras. Allí, en el abismo mismo de la muerte, más acá de la existencia y a pesar de todo, aguardan siempre impacientes las caricias tibias de un nuevo universo dispuesto a ser construido, piedra por piedra.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Terror


La sombra destartalada empujo las incertidumbres hacia adentro, algo extraño había en aquel andar invertebrado moviéndose sobre la pared grisácea, que obligaba al señor Carlington a detener su impulso, cerrar la puerta y recorrer otra vez la casa, una vez más antes de partir. La espera interminable angustiaba su mente repercutiendo en todo el organismo. Tomo de la mesa del comedor un pedazo de pan, algo de agua de una jarra sucia y permaneció atento a cualquier acontecimiento tendido cerca de la ventana del comedor. Afuera la sombra seguía inquieta, intermitente ante el paso de cualquier reflejo hostil que la alteraba o hacia desaparecer por unos instantes de su agobiante anatomía. Mil figuras fantasmales representadas en una, la posibilidad abstracta, maldita y desconocida de las múltiples figuras ejerciendo presión para llevarlo a cansarlo hasta el absurdo. Tenía que salir de alguna manera de allí, era lo poco que sabía, despues la gente, una vereda caliente y el pasto húmedo lo mantendrían a salvo de cualquier otra amenaza. El sol, seguro iría a cambiar de posición pronto, además ya era tarde para administrar su derrota en cuotas enmendando las razones con excusas. Afuera alguno de esos espectros lo esperaba o él quería que lo esperara para cambiarle el día, movilizarle los sentidos y arruinarle la partida. Carlington quería creerlo así sin dudas, revolcándose en el regocijo del miedo con su radiante imaginación, poco a poco, entretenido y vibrante, tallando espectros diferentes a mansalva sin perder jamás el ritmo, hasta llegar a la gloria absoluta de saberse feliz por no necesitar más que una simple sombra en la pared para lograr aterrorizarse a sí mismo.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Sombras

Como cuando era niña la ventana observaba siniestra a sus espaldas respirando fuerte, dejando entrar a la noche y las sombras, a los ruidos desconocidos y las palabras sin fuerza que cambiaban de tono de voz al filtrarse. Esa noche Sofía descansaba en su habitación temblando por dentro pero muy quieta, mucho más despierta que nunca, absorbiendo cada sensación del ambiente con los ojos completamente cerrados. Despues de los dos disparos que sintió demasiado cercanos ella sabía que habría que evitar los movimiento bruscos, las respiraciones fuertes y las quejas, pronto todo sería un mal recuerdo y aquellos dos hombres extraños que recorrían el cuarto revolviéndolo todo, escaparían por la misma ventana por la que entraron devorados por la noche. Solo había que aguantar, porque estaba segura que ninguno de los gritos y amenazas podrían llegar a tocarla en tanto permaneciera así, flotando en un rincón del cielo raso, demasiado atemorizada todavía como para reaccionar y mirando su cuerpo vacío desde un nuevo ángulo.

viernes, 27 de agosto de 2010

Mañana

Así transcurren las noches, tendidos juntos, olvidando los ayeres sobre un tejido construido a base de caricias, mientras los sueños siguen pasando dejando sus huellas que van enchastrando las horas. Entonces transcurren los silencios hasta que al otro día su cara femenina, fatal y resplandeciente, va renaciendo con dificultad pero como si nada hubiera pasado, ausente de las estructuras, los esquemas y las catástrofes, tierna, todavía adormecida emitiendo un grito de rebeldia, negandose a abrir los ojos y a la vez pidiendole permiso al mundo para amanecer.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Ejercicio


Regreso un día sin avisar. Todavía quedaba algo de ese frio en sus dedos que le obligaba a detenerse cada cuatro o cinco palabras , pensándolas duramente agobiado por una extraña e inevitable separación con el mundo de lo literario. Las pausas comenzaron a ser más acotadas, mientras una ráfaga imponente lo iba empujando con sus ganas, de a breves golpes , en toda su anatomía contra un nuevo y desconocido texto. No sabía muy bien porque, quizá la novedad o aquel destello de luz colándose en la ventana, pero creció aquel entusiasmo con intensidad y luego de algún que otro tropezón, sus dedos entraron en si para dejar atrás el encantamiento corriendo desnudos sobre un teclado, un poco adoloridos por la falta de ejercicio, persiguiendo ansiosos nuevamente alguna buena idea.

lunes, 7 de junio de 2010

Partidas

Despues de todo lo vivido era necesario hacerlo. Sentarse frente a ella para desplegar el intelecto como mejor se pueda, quitándole las migas de un plumazo al desconcierto, mojando las manos en el agua helada sin precauciones, camino hacia el fondo de la casa. No importa que ella mire de costado, que su pullover rojo tenga la manga derecha muy estirada o que aquel singular tono de voz ya casi se pueda oir, desde el prematuro aire entrando por su boca, en la última y pesada bocanada de cigarro. Sin concesiones se acerco con fuerza, le arrojo un insulto solapado bien despacio para que duela mas, con un tono olvidado con sabor a valentía, mientras se secaba las manos con una toalla vieja que colgaba de un clavo oxidado. Ya era hora de partir, indiferente ante cualquiera de sus reacciones. Ella permaneció en silencio, no supo que decir, petrificada como una estatua entre las penumbras lo miro alejarse, mientras en el pasillo los pasos aletargados de un hombre indiferente salpicaban con sonidos más pesados que de costumbre su andar, acompañados de la melodía extraña de un pájaro que aleteaba inquieto desde su jaula. La reja entreabierta meciéndose al viento, lloraba de pena. Los tardíos insultos llegaron tarde. Venían del fondo y se iban amontonando unos con otros, tan mal pulidos y ausentes de todas las rigurosidades necesarias para lograr lastimar a alguien, que para colmo ni siquiera estaba allí. Habría que acostumbrarse a los nuevos fantasmas pensó mirando a la calle la señora, mientras se quitaba el pullover rojo en medio de la impotencia y el calor que la habían invadido. Muy asustada y rodeada de todos esos nuevos espectros que venían acercándose sin permiso, que segundos antes parecían no existir en su compañía, y sin embargo ahora eran mucho mas reales que su propia vida.

jueves, 27 de mayo de 2010

Olvidos


Es curioso como olvidan los hombres. En el caso de Rodriguez comenzaron a borrarse primero las cosas que para ese entonces tenían poca o ninguna importancia, muy pronto los caminos alternativos para llegar a la iglesia, los horarios del tren, el color del sofá de su casa y otras tantas menudencias desaparecieron irreversiblemente sin que se diera cuenta del todo. Luego vinieron a difuminarse las caras, los gestos y principalmente las relaciones que lo unían a las personas más lejanas, sintiendo que las voces se cargaban de un nostálgico tono muy diferente, entre absurdo e inconcluso que no llegaba a reconocer. Al olvidar a los seres más cercanos la cosa comenzó a complicarse seriamente, algo había que hacer al respecto decían sus allegados. No puede ser que no sepa lo de Clarita, que no se dé cuenta la situación, pero Rodriguez nada. De alguna manera había bloqueado todo su pasado hasta olvidar quien era realmente y convertirse en un hombre diferente, con certezas diferentes y planes de recorrer el mundo. Pero sin Clarita por supuesto, a la que ya no conocía y le irritaba bastante que lo siguiera con esas pastillas verdes por toda la casa, opacando la invención de su nuevo mundo similar al anterior pero muy diferente, que brillaba resplandeciente cada mañana con unas inexplicables emociones, como de cosquillas, que envuelven de regalo todo lo novedoso.

martes, 11 de mayo de 2010

Soledad

Algo asomaba por el costado de Soledad, no llego a ver muy bien que era y apenas si creyó reconocer la forma de un hilo fino color gris, en un lugar incomodo donde picaba bastante. Con mucha precaución fue tanteando el sitio exacto donde se ubicaba, intento rasparlo, tirarlo y encontrar su origen, quizás sea parte del pullover que llevaba puesto pensó, que pese a ser rosa podría llegar a tener algún despistado hilo que se colara en la costura de imprevisto. Lentamente fue tironeando hasta sentir que su piel también lo hacía, se debe haber pegado con algo supuso, pero siguió en su tarea hasta ver que cada vez era más fácil despegarla de su cuerpo. Pronto el hilo fue creciendo en tamaño y Soledad se sintió floja, sus piernas empezaron a adormecerse y cuando la madeja había llegado a sobrepasar todo el hilo que podía mantener en una de sus manos, su piel entera cayó haciendo un ruido indescriptible en el suelo desplomándose a sus pies. Desesperada miro desde arriba la extensa superficie de piel que segundos antes la cubría, se acerco con cautela y temor, pero observo en lo que solía ser su rostro una tristeza profunda que antes nunca había notado. Con la mano libre tanteo la montaña de piel sin emitir un solo sonido, tal vez eso la habría matado o desatado algún acontecimiento peor al que ya estaba viviendo. No sentía dolor, ni el llanto lograba irrumpir de sus ojos. Absorta en la tarea de descubrir que había pasado, se dejo llevar agachándose para alzar aquel cuerpo triste una última vez, pero al acercarse algo llamo su atención. Dio vuelta con cuidado la fachada de su cuerpo y atrás había otra mujer, con sus mismos rasgos, sus mismos lunares y unas mejillas rojas inconfundibles, que sin embargo era muy diferente a la que conocía de todos los días, a pesar de poseer una figura tan familiar. Algo distinto brillaba en aquella mujer que vivía en su revés, una gracia que hasta ahora no había podido ver con tanta claridad, un brillo inconmensurable que irradiaba una virtud desconocida y particular que solo durante breves momentos hasta ahora había sido capaz de vislumbrar. Soledad era reversible y esa noche opto por dar vuelta su vida, su cuerpo y su alma para convertirse en alguien distinta. Esa misma noche con una aguja y una sonrisa fue cociendo cada parte de su anatomía, para volver a redescubrirse de a poco en aquella otra mujer que recién llegaba a conocer pero siempre estuvo ahí, tan cercana, mirándola desde adentro mientras esperaba ansiosa que algo o alguien encuentre el hilo de su verdadera costura que le permitiera dejarla, de una vez por todas, salir a jugar.

martes, 4 de mayo de 2010

Trauma

Nació soberano en el amanecer de un lunes, libre de prejuicios, fuerte e inmortal. Todavía no conocía las marcas que dejaría, ni se había percatado de las consecuencias, en el momento en que el soplido de una distracción se escurrió junto a aquella nota. La multitud algún día reclamara por esto, pensaba en sus horas de desvelo, atormentado al volver a escuchar su error. No fue suficiente reversionar el tema, modificar acordes y melodías, ensayando una y otra vez. Solo podía escuchar la misma parte, hasta que perdido en otro mundo se fue olvidando del resto de los acordes, para quedarse solo con un furioso e interminable LA menor repercutiendo en todo su organismo.

jueves, 29 de abril de 2010

Estadía

En el estrecho entrevero de las concesiones dejo pasar una palabra en medio de la disputa por el costado izquierdo, sin embargo dado el peso de aquel infortunado momento nada parecía haber cambiado, ni siquiera cuando se metió casi de prepo en uno de sus oídos, levantando campamento y encendiendo fogatas innecesarias de esas que la abrigan durante el frio de lo que parece ser una larga espera. Muchas noches pasó por su cabeza galopando bajito y anido despreocupada por meses hasta que irrefrenable, la palabra se lanzo directamente desde el inconsciente en un salto mortal para estrellarse de un solo golpe contra la cara de Aldana, sin que Francisco pudiera evitar verla cada vez que volvían a pelear, como una niebla oscura reflotando sobre las facciones de aquel rostro por instantes desconocido.

martes, 27 de abril de 2010

Insight

Cierto día de casualidad, caminando por la calle, en el recreo del colegio, en una tarde de cigarrillo con los compañeros del secundario o en algún pasillo indiferente y gris. Quizá bajo un cielo de estrellas, de un sol radiante o pintado de nubes. Puede también que te atrape antes de dormir, una fracción de segundo es suficiente para imprimir su profunda densidad. Entonces el relámpago atraviesa los sentidos, el cuerpo reacciona en cadena abriendo los poros para dejar escapar el alma, reconciliando el pasado con el presente y aferrándose al futuro con las garras de una certeza indefinida, imperiosa y reconfortante, que mira desde adentro con otros ojos, vibrando en la adrenalina incandescente de quien asiste a un acontecimiento decisivo. Alguien más ha comprendido. Hoy descansan los demonios y en el aire hay sabor a primavera.

martes, 13 de abril de 2010

Guion

No podría haber sido ella. Jamás habría estado en aquel rincón, rebosante de colores asomándose al borde de la mesa ratona. Antes preferiría tomar algo caliente porque la casa era tan fría en esos días, o quizá recorrería una vez más toda la grilla de programación televisiva con el control remoto terminando siempre en un número par, con un volumen par, apagando el aparato cuando las agujas de los minutos descansaran en un número impar, antes de pedirse una pizza en el negocio de abajo. Todo estaba demasiado planeado para que fuera así. Además llovía y las variables aunque difusas se mantenían estables, bajo la influencia de un guion escurridizo donde un sueño irremediable apenas la mantenía en pie. Esta no era su película, no podía serlo. Incluso sonaban discordantes las ropas que llevaba puestas, los colores con los que pintaron las paredes y un cuadro desagradable con la cara de un perro pequinés que ni siquiera reconocía. Alguien quería gastarle una broma seguramente dejándola encerrada allí antes del tremendo barullo en la calle, de las sirenas y una explosión proveniente de su horno que segundos antes contenía la comida que mas detestaba en este mundo y jamás habría sido capaz de cocinar.

lunes, 5 de abril de 2010

Materia

Como prueba de aquel encuentro imposible sobrevolaba el espejismo de una canción de fondo y algunos restos de chocolate sobre la repisa. Francisca ya no se sentiría sola en las noches, ni tendría más miedo a la oscuridad, apenas despues de abrir sus ojos y ver como caminando se alejaba hacia el otro lado la abuela Carmen, desvaneciéndose lenta y apaciblemente en la misma materia con la que quizás se construyen los sueños.

lunes, 29 de marzo de 2010

Milagro

Como todos los días Abril voló hasta el árbol más alto, recogió la fruta necesaria en su canasta y camino sobre unas nubes que le hicieron cosquillas acariciando su pelo. Converso luego con varios pájaros hasta cansarse y volvió como siempre solía hacerlo, desplegando su cuerpo anatomicamente humano para aterrizar descalza sobre un pasto suave, sumergida en la confusión mecánica de un milagro tan cotidiano que le resultaba imposible percibir como tal.

lunes, 22 de marzo de 2010

Nota

Envuelve el picaporte y empuja despistado balanceándose de lado a lado hasta la silla, rechina su articulación encorvándose hacia atrás ayudado por sus compañeros, así le dijeron que entraría en forma, luego arquea el instinto hacia abajo y hundido en una suerte de delirio crónico, da vida a una nota descarrilada que siente caer despacio desde el piano para hacerse trizas en el suelo. Toda la habitación ahora es un desastre musical. El dedo arrepentido se esconde temblando tímidamente sobre un do menor.

viernes, 19 de marzo de 2010

Colores

La mayor parte del tiempo en aquella oficina Saldivar se sentía gris, casi lunes, sin sal y un poco invierno. Sin embargo no se descuidaba porque el dolor de espaldas con el sueño acechan de cerca en este tipo de lugares, por lo que hay que estar muy atento. Además estaba el tema de la humedad de los huesos, que sentía como le iba carcomiendo la base del cuerpo. Saldivar no se dejaba ganar y permanecía listo a esquivar cada simulacro contradictorio que se le presentara junto a cualquier derrame espontáneo de café, enfrentándose a la manecilla de las horas y discutiendo con la de los minutos, hasta que con el último esfuerzo vaya empujando con paciencia cada segundo afuera invitándolo a que se retire del lugar. Y al final cuando cada aguja se pone de acuerdo acomodando en el rincón indicado cada parte de su anatomía Saldivar llega a la meta, deja el gris en la silla, bosteza y camina rápido para no perderse el último rayo de sol que se escapa por el horizonte, mientras espera en la parada del colectivo recobrando la fuerza y el color que había dejado tan olvidados afuera.

lunes, 15 de marzo de 2010

Beso

Cuando no se espera nada, a la orilla de la verdad, donde los vientos soplan distinto a todo. En el instante justo en que aparece la fuerza intangible del alma inquieta, observando detrás de un cuerpo, aguardando que las palabras correctas atraviesen los conductos correspondientes y al nacer veloces viajen al otro lado del puente. Disfrazadas de susurro, vibrando en sus ojos hasta el punto ebullición, temblando en las manos, activando los nervios, la sangre, los sentidos para cruzar al otro lado en forma de onda expansiva que arrasa. Acariciando desde lejos y resurgiendo de las contradicciones como latidos, como la gloria. Naufragando con cierta tierna sutileza, teñidas de ojos vivos e inestables, poco antes de acercarse, llegando al extremo de un perfecto enfrentamiento de cuatro labios, cuando todo es posible y ya no se espera nada, siempre a orillas de la verdad.

lunes, 8 de marzo de 2010

Incierto

La decisión está tomada: un capitulo inconcluso dejara atado por siempre al protagonista a un destino incierto, a los sutiles caprichos del viento húmedo o al calor incandescente de los soles de verano. Incierto como la vida, impredecible como las emociones del arte, paralizado en el ultimo renglón del libro en mitad de la estación con un ticket en la mano, que desde esta absoluta lejanía ningún lector podría llegar a observar.

lunes, 1 de marzo de 2010

Doctor

El doctor Julio Masomenos no se decidía a estar alegre esa mañana. Despues de meditar largo rato en el bar frente a su café con leche, el diario y una revista arrugada por el trajín del viaje, saboreo la medialuna de grasa que solitaria reposaba sobre un platito rojo apenas con un mordisco sutil casi de rechazo. Las noticias en el periódico no eras de las mejores, por lo que su espíritu ya no contribuía a promover un gesto de felicidad elocuente en aquel enorme rostro de barbas blancas. Sin embargo, todavía quedaba algo de tiempo antes de partir para encontrar alguna excusa que enderezara el panorama y le trajera algo reconfortante donde escudarse. Quizás en la ventana, sobre la calle, en el andar inquieto y revoltoso de una nena que parecía demasiado caprichosa, en el quejido de una escoba maniobrada por una señora alta que no se dejaba mirar o en la entrada del supermercado, donde un joven apenas lo miro desconcentrado en el mismo instante que Julio sorbía su último tramo de café, apoyando la taza con cautela sobre la mesa, antes de escuchar el disparo, los vidrios rotos y una selecta colección de gritos desconocidos acompañando su trayecto hasta el suelo, desde donde atino a levantar la cabeza para ver dos cuerpos escapar corriendo, herido en alguna parte que todavía no lograba descifrar. El doctor sintió venir mucha gente preocupada por su estado o curiosa. Esa noche hablarían de él en los noticieros y a pesar de todo Masomenos se alegro de la situación.

jueves, 25 de febrero de 2010

Mabel

Persiste la fingida indiferencia del rostro. La cara extrañada que casi traiciona y el esfuerzo de no querer reconocer la situación, revolcándose en un murmullo interno, apartando la mirada como si nada. Todos los objetos son el mismo objeto mientras tiembla inmóvil para seguir camino, sin titubeos ni tiempo para sentarse a pensar, porque los recuerdos amenazan de cerca y en esta situación es fácil extraviarse ante el peligro. Por eso entendió que lo más conveniente es ir bien adornado, peinarse una sonrisa, inventarse un sombrero que cubra los pensamientos y abotonarse los ojos con el sueño de los cansados, ni tan profundo ni tan liviano, hasta llegar a inundar las intensidades con un fuego renovado que dure hasta la vuelta de la esquina. Ya en un lugar seguro el suspiro finalmente puede salir disparado con total indiscreción contra cualquier paredón, conservando la sensación en secreto hasta llegar a unas pocas cuadras del próximo inesperado día en que Mabel, su novia del primario, vuelva a aparecer por la calle Corrientes cargando aquel melancólico sentimiento, de cuando todavía se sabía eterno.

lunes, 22 de febrero de 2010

Distancia

Mojándose las almas con el frio de la noche, pitaron el último cigarrillo juntos acurrucados bajo un techo descascarado, alumbrados por la luz azul de una vidriera. Ella atolondrada se dejo besar, el malinterpreto algunos de sus aciertos enredándose en palabras, erro distancias con la torpeza de su mano izquierda y al caer abrazados abruptamente en el lugar común se dieron cuenta de la situación muy tarde sin que les importara demasiado, igual que en 1942 cuando sus nombres y sus cuerpos eran otros, a más de 65 años de distancia de aquel mismo sitio.

viernes, 19 de febrero de 2010

Egoísmo

Se sintió egoísta, incomodo con quienes lo rodeaban y en un instante perdió las ganas de escribir, a pesar de necesitar solo de mirar el tablero de ajedrez para imaginarse la mejor novela jamás contada.

jueves, 18 de febrero de 2010

Certeza

Sin quererlo de un momento a otro la temprana sospecha. Algo así como una sensación que viene de adentro y alerta pero no es demasiado clara, ni tiene la suficiente voz para salir lanzada al mundo como un grito o un puñado de palabras. Ese instante que pica perounonosabemuybiendonde pronto se ira, quizá a esconderse en algún lugar recóndito donde todavía permita dejar dormir la siesta sin molestar demasiado. Por un tiempo no volverá a aparecer aunque en el fondo su olor quedara impregnado en todas las cosas de alguna manera, sobre todo cuando la costumbre permita hacer la vida mas llevadera y haya que guardar las remeras recién planchadas donde deben estar, el auto en el garaje y las cuentas recién pagas en una carpeta gris con ribetes plateados. No hay nada que temer, todo está seguro, apenas algunos asuntos inconclusos que resolver, mientras que la sospecha continua su camino y ya ha cambiado de forma, mirando muy diferente, moviéndose con seguridad y sin dar tantas vueltas. Es natural que comenzara a venir más seguido de visita, unas veces sutil, otras violenta, envuelta de olvido o haciendo prolijamente un nudo en la garganta desde adentro, por no perder la etiqueta y ese respeto inexplicable hacia lo desconocido. Otras veces vendrá despacio, escondiéndose en una risa, una mirada o un desamor. Pero si se ha sido comprensible, si se ha llegado a cultivar algo de inteligencia o sensibilidad, los oídos llegaran a escuchar de lejos algunas palabras precisas o quizá un grito verde agua apagándose despacio. Y sin darse cuenta nuevos pensamientos instalaran campamento tomando forma hasta hacerse firmes, pesados y constantes edificios de cemento, viendo llegar a esa crecida sospecha toda convertida en certeza, que no se detiene por nada y sigue dando vueltas alrededor revoloteando como una mosca pegajosa y molesta con la respuesta en el zumbido de sus alas.

lunes, 15 de febrero de 2010

Maquinas

En la caja de madera los Angroseli guardaban los dientes de leche que se le iban cayendo a los mas chicos junto a algunos mechones de pelos, este tipo de costumbres se repetían en la familia a lo largo de los años desde hacía mucho tiempo. Una tarde revolviendo cosas Ángela encontró algunos de los pequeños dientes de leche de su abuela junto a unas fotos antiguas de ella en la playa. Con prolijidad guardo el mas blanco en un sobre de papel y despues de comprar en el supermercado por más de 3 minutos, porque a ella siempre le gusto tomarse su tiempo para hacer los mandados, introdujo el diente en una de las tantas maquinas de adn del pasillo. A los pocos segundos retiro una versión de su abuela por unos 80 centavos, que duraría aproximadamente una semana o diez días. Esa noche el pronostico anunciaba que habría una terrible tormenta en lo que quedaba del planeta.

jueves, 11 de febrero de 2010

Sintonia

Intenta captar alguna esencia escuchado cada palabra, esforzándose en prestar total atención y descifrar los adjetivos, sustantivos y conjunciones que derrama de su boca. Todavía nada, solo un balbuceo fuerte y ruidoso que no se deja atrapar. Mueve el dial buscando su voz y la frecuencia cada vez se hace más lejana, confundiéndose entre un partido de futbol y un viejo tango, mientras ella sigue parada a su lado sin lograr comunicarse en la sintonía correcta.





lunes, 8 de febrero de 2010

Gato


Entro a la cocina con sus patas mojadas por la travesía en el pasillo. Observo un bol lleno de leche y muy incomodo se resistió a probarla por lo menos hasta secarse un poco más, paseando a su alrededor mientras iba dejando huellas extraviado por las sombras de un árbol que se colaba por la ventana. Poco tiempo era el que llevaba en aquella casa pero las cosas no se le estaban dando del todo bien. Intento decirlo de todas las maneras al alcance de un gato, enojándose contra los muebles, rompiendo el sillón del living a los arañazos, volviendo a cualquier hora de la calle y maullando con rabia a la nada, pero a su dueña todo eso le parecía tan normal y digno de un gato de su estirpe, que sin mucho preludio y casi cariñosamente primero lo regañaba como un niño, otro rato lo ignoraba sin hablarle y enseguida los dos se olvidaban de lo acontecido entre la hora de la novela de la noche, las revistas de moda y los vasos de leche tibia a la madrugada, para seguir conviviendo como siempre, ella vestida por sus padres de Aldana y él cargando con el peso de un nombre que no se le amoldaba, fruto del capricho de su dueña, demasiado disfrazado de Frulinardo Pereira Gaitan o Fruli para los conocidos.

Lobo

Mira profundo y ve un enojo diferente en los ojos de su perro, el lobo que esconde en sus entrañas ha vuelto a asomar el hocico.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Place

Vivir allí cómodamente con un lugar para sus zapatos, sus pretextos y sus noches, bien iluminado, amplio y lleno de elementos desconocidos que brillan sin cesar llamando su atención. Tantos cuadros y recuerdos adornando cada rincón, desparramando anécdotas y la voz de Ana invitándolo a la controversia indescriptible de descifrar nuevos enigmas. Tan bien se estaba, que entonces pensó en quedarse, traer sus valijas pesadas repletas con sus asuntos lo mas pronto posible e instalarse allí para siempre, asegurándose que con el tiempo podría llegar a ser dueño de cada uno de sus espacios recreándolos a su manera. Sin embargo se achicaron los lugares, los pretextos y la noche. Sin querer fue perdiéndose aquel luminoso brillo de las anécdotas y la voz de Ana se fue tornando de un gris oscuro, plagándose de normas de transito con carteles que indicaban que aquel era el camino equivocado, porque su alma jamas estaría a la venta y al actual inquilino todavía no se había enterado que le iban quedando pocos días de alquiler.

lunes, 1 de febrero de 2010

Distracciones

En el patio de piedras de los abuelos la norma siempre fue escaparse, interrumpir la siesta, llenar el aire de papeles, avioncitos y engrudo sobre la mesa corriendo a los gritos porque si, tirando piedras a la fuente o jugando con las hormigas hasta que fuera hora de regresar a ese otro mundo de afuera. Por eso no había mejor alivio para Edgardo que trepar los arboles, pasarse un rato deslizándose en el tobogán de madera o comiendo alguna pavada a las apuradas antes de volver a la oficina, porque si tardaba demasiado todos comenzarían a sospechar, y un gerente de su calibre no debería perder su tan respetada autoridad ante el personal bajo ninguna circunstancia.